La pieza fue creada con más de 2,000 prendas y piezas textiles en desuso donadas por la ciudadanía y está conformada por dos brazos y manos de yute, un tipo de textil común en el arte de la arpillera, cubierta por bordados realizados por las y los colaboradores, y por cientos de ciudadanos y ciudadanas que participaron en las sesiones abiertas.

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Con esta escultura, las promotoras y colaboradores, crearon una forma innovadora de dar testimonio a la falta de tacto durante la pandemia, partiendo de la colectividad para regenerar el tejido social.

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Esta obra se montó en su primera etapa en la Explanada Cultural de LABNL para su interacción con la ciudadanía de Nuevo León.